Linda Elder (2007) explica que: el problema, por el cual es necesario promover el pensamiento crítico es porque a pesar de que pensar es una operación natural, es una operación que si se le deja por sí sola, tiende a ser parcial, predispuesta, deformada; no uniforme y con prejuicios (p. 5). Es un hecho que la vida del ser humano no puede ser una vida ajena de un pensar sólido y fuerte, mediante el cual tengamos la oportunidad y capacidad de proyectar nuestra vida. La persona tiene como tarea construir un mundo humano en el que la capacidad de pensar tiene un papel nuclear. No basta con sólo querer o tener una habilidad natural para construir, producir o hacer cosas, sino que es necesario que toda persona tenga un impulso de autoguiar su pensamiento hacia aspectos objetivos y colindantes con la verdad. Cada uno de nosotros debemos vivir una vida más racional, razonable y empática (Elder 2007, p. 10).
Si hemos sido dotados de una facultad intelectual es urgente que la utilicemos de la mejor manera posible. Sin duda la inteligencia y el conocimiento de la verdad hacen posibles la felicidad, ya que mediante un pensamiento agudo podemos analizar, intuir, reflexionar inferir, deducir, concluir… todo aquello que es adecuado para vivir una vida altamente digna, la cual incluye a todas las personas con quien nos relacionamos. Es de gran interés saber que no importa cuán hábiles seamos para razonar y pensar críticamente, pues siempre existe la posibilidad de mejorar estas habilidades, ya que el hombre tiene capacidad de crecimiento al infinito, es así como «el alma es en cierto modo todas las cosas, pues es apta para conocerlas todas» (Tomás de Aquino, De Ver., II, art. 2, c.).
El pensamiento crítico es una manera de pensar acerca de un tema, contenido o problema, en donde el pensador tiene la capacidad de mejorar la calidad de su pensamiento (Elder, 2007, p. 8), en la medida en que se propone desarrollar las destrezas necesarias que le permitan mejorar sus estándares intelectuales. Por su parte Glasser (1941) define el pensamiento crítico como la habilidad de pensar críticamente, en lo que interviene una actitud de estar dispuesto a considerar reflexivamente los problemas y contenidos que suceden junto con la experiencia, el conocimiento de métodos de indagación lógica y racional, y ciertas habilidades para la aplicación de dichos métodos.
El pensamiento crítico exige examinar cualquier creencia o suposición de sabiduría a la luz de las evidencias que la sustentan, llegar a conclusiones, reconocer problemas, encontrar soluciones, recolectar y gestionar información, reconocer valores y supuestos (assumptions), comprehender y usar el lenguaje con precisión, lograr claridad, discriminar, interpretar datos, valorar la evidencia y evaluar argumentos, reconocer la existencia o no existencia de relaciones lógicas entre proposiciones, concluir y generalizar, poner a prueba tales conclusiones y generalizaciones, de manera que se puedan reconstruir patrones de creencias basados en una experiencia más abarcante, pero sobretodo la capacidad de ser precisos en los juicios que emitimos en aquellas cosas cotidianas de la vida diaria.
Para William Sumner (1940) el pensamiento crítico es la exanimación y prueba de las proposiciones que se lanzan por aceptación, en orden de encontrar si corresponden con la realidad o no. Por otra parte explica que la facultad crítica es un producto de la educación y el entrenamiento, es un hábito mental poderoso, es una condición primaria de asistencia humana en que los hombres y las mujeres deben ser capacitados, es la única garantía — según Summer— en contra de la desilusión, decepción, superstición y la malinterpretación de nosotros mismos y nuestras circunstancias.
Richard Paul (2007), director de investigación y desarrollo profesional del Centro de Pensamiento crítico y presidente del consejo nacional de E.E.U.U para la excelencia del pensamiento crítico, señala que el pensamiento crítico conduce al cambio significativo de las habilidades intelectuales y habilidad de entendimiento en las personas, quienes mediante éstas pueden forjar un mundo diferente. En la medida en que el pensamiento crítico aquilata los pensamientos transformándolos en mejores pensamientos, es un pensamiento sobre el pensamiento, pues al pensar lo que pensamos, tenemos que pensar lo que es. De manera que no estaremos atrapados en lo meramente subjetivo o en el plano de lo relativo, sino que hay que revisar lo que pensamos a la luz de las evidencias que nos presenta la realidad, de tal modo que las habilidades del pensamiento nos permitirán el conocimiento y el encuentro con el mundo natural y social, manteniéndonos en vinculación con el mundo real (Romero, 2006, p. 26). Todo parece apuntar a que una buena promoción de habilidades del pensamiento a la vez que la corrección y habilitación de operaciones mentales básicas contribuye de manera efectiva en la manera en que comprehendemos el mundo, es decir que abarcamos el mundo como un lugar efectivo, que está-ahí independientemente de nuestra experiencia.
Esa base [el pensar críticamente] se sitúa entre el conocimiento de las cosas y las habilidades de pensamiento filosófico… las operaciones de pensamiento habrían de ser el punto de partida del camino hacia las habilidades… [a través] de la revisión … de las operaciones del pensamiento (Romero, 2006, p. 26). El ser humano como tal, está dotado de una capacidad intelectual peculiar, la cual le brinda la oportunidad de cuestionarse de manera profunda asuntos tales como la existencia, el sentido de su vida, el origen del mundo, el tiempo, el ser de las cosas y la realidad, por ejemplo. Es un hecho que nos preguntamos cosas de esta categoría y que a la vez estamos dotados por la naturaleza de un aparato racional, de aquí que no resulte extraño el tener una visión objetiva del mundo; sería una ironía tener esta capacidad y que sea imposible tener acceso a lo real. La pregunta que surge es: ¿cómo podemos vincularnos con la realidad de una manera más precisa? Para Romero (2006) la promoción de habilidades por vía de las operaciones del pensamiento básico, y en específico las habilidades cognitivas aplicadas a la reflexión nos llevaran de la mano a la adquisición de habilidades tales como la interpretación, la inferencia y el análisis complejo relacionado con la delimitación y resolución de problemas, destrezas que son específicas del pensamiento crítico. Estas destrezas son importantes en primera instancia para obtener buen juicio respecto de los hechos que la realidad nos presenta, de tal manera que la vida se convierta en una vida predominantemente humana, es decir una vida racional ordenada a tomar las decisiones que nos ayudarán a perfeccionarnos como naturaleza.
Esta manera de proceder principalmente nos ayuda a cultivar un espíritu de pensador crítico, capaz de tomar decisiones, emitir juicios acertados, comprender ideas complejas y finalmente vivir una vida coherente. Sin
embargo el pensamiento crítico representa un peligro si se le pretende ver de una manera totalizante, es decir que se tenga una confianza en la razón por encima de la realidad. Confiar en la razón no significa que lo único de lo que se puede estar seguro es del pensamiento propio. No se trata de caer en un racionalismo, sino más bien de confiar en la razón como un instrumento preciso que nos refleja el mundo exterior. Para ello es imperante que la mente se transforme en una mente inquisitiva, bien informada, abierta, flexible, justa al momento de evaluar, honesta, prudente, dispuesta a reconsiderar o a retractarse, clara, ordenada, diligente en la búsqueda de información relevante, razonable en la selección de criterio, enfocada en preguntar, indagar, investigar, persistente en la búsqueda de resultados precisos (Facione, 2007, p. 2).